Este domingo, en Xochimilco, al sur de Ciudad de México, se vivió una celebración religiosa poco común. En lugar de turistas disfrutando de un paseo en trajineras, los botes de madera trasladaron a numerosos católicos en honor a una reliquia de San Judas Tadeo, uno de los 12 apóstoles de Jesús y santo patrono de las causas desesperadas.

 

Dentro de un casquete de vidrio, una figura de madera con un fragmento del hueso del brazo de San Judas se deslizaba por los canales de Xochimilco. La reliquia, que llegó a México a finales de julio tras su primer viaje fuera de Roma, recorrerá diversas parroquias locales hasta el 28 de agosto.

 

La fiesta de San Judas Tadeo se celebra oficialmente cada 28 de octubre en la iglesia de San Hipólito en el centro de la capital. En México, un país con casi 100 millones de católicos, San Judas es venerado como una de las figuras religiosas más importantes después de la Virgen de Guadalupe.

 

Durante el recorrido de la reliquia, los feligreses a bordo de las trajineras aplaudían y coreaban canciones interpretadas por una banda musical. La procesión, que comenzó a las ocho de la mañana, atrajo a cientos de personas que esperaban su llegada al final del canal para una segunda procesión hacia la catedral de Xochimilco.

 

En este barrio, la devoción se extiende también al “Niñopa“, una figura de madera venerada desde el final de la Conquista Española. Arturo Espinosa, de 52 años, observaba una figura de San Judas junto a un altar improvisado y señaló que la fe en Xochimilco está dividida entre diversos emblemas religiosos.