La tarde del 29 de agosto, los habitantes de Culiacán, Sinaloa, experimentaron momentos de pánico debido a una serie de narcobloqueos en las principales vías de comunicación, quema de vehículos y un enfrentamiento entre el Cártel de Sinaloa y el Ejército Mexicano.
Los hechos ocurrieron antes de las 17:00 horas en la sindicatura de Jesús María y la localidad de El Limón de los Ramos, cerca de la carretera México 15. Según la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Sinaloa, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional (GN) fueron agredidos por un grupo armado mientras realizaban labores de seguridad, desatando un enfrentamiento.
A las 17:53 horas, la SSP informó que personal militar había sido atacado en el ejido Peñasco, lo que motivó un despliegue coordinado entre autoridades federales, estatales y municipales para dar con los responsables, lo que desencadenó nuevos episodios de violencia en la ciudad.
Inicialmente, se especuló que la violencia fue provocada por la detención de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, líder de Los Chapitos, pero el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, desmintió esta versión y pidió a la población mantener la calma y confiar en la información oficial.
Sin embargo, una versión no oficial sugiere que la SSP podría haber minimizado la gravedad de los hechos. En entrevista, el periodista Luis Chaparro reveló que fuentes de la Sedena y la Fiscalía General de la República (FGR) confirmaron que el objetivo del operativo era capturar a miembros del equipo de seguridad de Los Chapitos, específicamente a Jorge Humberto Figueroa, alias ‘El 27’ o ‘El Perris’, vinculado a la emboscada de Ismael ‘El Mayo’ Zambada en julio.
De acuerdo con la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, Figueroa lidera el aparato de seguridad de Los Chapitos y está involucrado en la fabricación y tráfico de fentanilo. EEUU ofrece una recompensa de 1 millón de dólares por información que conduzca a su captura.