La periodista e investigadora Lydia Cacho ha expresado su indignación por la reciente liberación del exgobernador de Puebla, Mario Marín, acusado de torturarla en 2005. Cacho denunció en sus redes sociales que la jueza Angélica del Carmen Ortuño Suárez decidió liberar a Marín, argumentando que no amerita prisión preventiva por tortura y por proteger redes de trata infantil.
La jueza ha impuesto una multa de 100 mil pesos a Marín, una resolución que Cacho considera insuficiente y frustrante. “Lo libera justo en la recta final en que esperábamos la sentencia firme por tortuJra“, añadió la periodista, mostrando su decepción con la decisión judicial. Esta medida ha sido criticada por poner en entredicho la independencia del Poder Judicial.
Cacho ha señalado que sus abogados están exigiendo que Marín al menos lleve un brazalete electrónico. En sus declaraciones, ha comparado la decisión con el caso de Adolfo Karam, sugiriendo que el esfuerzo de 15 años, incluyendo la intervención de la Interpol, ha sido desestimado. La periodista cree que la liberación de Marín es un reflejo de presiones y maniobras legales para proteger a los poderosos y encubrir delitos.
La tortura sufrida por Cacho en 2005 está relacionada con la publicación de su libro “Los demonios del Edén”, que denunciaba una red de pederastia vinculada a figuras influyentes. La detención y tortura de Cacho se perciben como intentos de silenciarla y proteger a los involucrados en la red criminal.
La liberación de Marín representa un golpe severo para las víctimas de violencia de género y quienes buscan justicia en México. Esta decisión judicial se interpreta como una señal de impunidad y de la persistencia de redes de corrupción en el país.