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El Sol entra en un periodo de máxima actividad: una erupción solar gigante sacude la Tierra
Una impresionante erupción solar, proveniente de un enorme y complejo grupo de manchas oscuras en la superficie del sol, ha causado una tormenta geomagnética que impactó la Tierra el pasado fin de semana. Estas manchas solares, conocidas por tener un campo magnético más fuerte que cualquier otra región de la estrella, abarcan unas 17 veces el diámetro de nuestro planeta.
El martes 14 de mayo, el Sol lanzó su mayor llamarada solar en siete años y la mayor del ciclo solar de 11 años en curso. Se trata de la culminación de un periodo excesivamente ajetreado para la estrella más cercana a la Tierra.
La actividad solar no es del todo inesperada, ya que el Sol está entrando en su periodo más activo en décadas.
Este ciclo solar ocurre cada 11 años, durante el cual los polos magnéticos del Sol cambian de lugar, afectando el nivel de actividad en su superficie. Este ciclo incluye un período de mínimo solar, seguido por un aumento gradual de la actividad que culmina en una erupción solar.
Se espera que este año el Sol alcance su máximo solar, y los recientes eventos son un claro indicador de ello.
En la última semana, el sol ha emitido un total de 16 llamaradas de clase X, un tipo particularmente potente de explosión solar. Keith French, astrofísico solar del Observatorio Solar Nacional, señaló que once de estas llamaradas provinieron del mismo grupo de manchas solares, mientras que cinco surgieron de otra región activa del Sol.
Este aumento en la actividad solar puede tener diversas implicaciones en la Tierra, desde interferencias en las comunicaciones y sistemas de navegación hasta auroras más brillantes en las regiones polares.
Los científicos y expertos en clima espacial están vigilando de cerca estos eventos para comprender mejor su impacto y tomar las medidas necesarias para mitigar cualquier efecto adverso en nuestra tecnología y sociedad.
El viernes por la noche, los cielos fueron testigos de un espectáculo extraordinario, con auroras boreales y australes que se desplegaron en una exhibición vibrante y generalizada. Este fenómeno, desencadenado por la tormenta geomagnética del fin de semana, cautivó a observadores de todo el mundo con sus brillantes colores danzantes.
A pesar de la magnitud de la erupción solar que la desencadenó, la actividad del martes se desarrolló en el flanco occidental del Sol, alejándose de la Tierra. Como resultado, no se espera que ninguna actividad adicional generada en esta región activa impacte nuestro planeta en el corto plazo.
Aunque esta vez la Tierra se ha librado de un impacto directo, la comunidad científica sigue atenta a los desarrollos solares, consciente de que el Sol está en pleno período de máxima actividad.
Este seguimiento continuo es fundamental para comprender y anticipar los posibles efectos que estas explosiones solares puedan tener en nuestro planeta y en las tecnologías que dependen de la estabilidad de nuestro entorno espacial.
Información de: RNN