Arqueólogos afirman saber la razón tras la construcción de Stonehege

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Stonehenge, el enigmático monumento prehistórico en Inglaterra, ha cautivado a investigadores y turistas durante más de un siglo. Con una antigüedad de más de 4,000 años, este icónico sitio, compuesto por 55 estructuras de piedra de más de 2 metros de altura, sigue siendo objeto de numerosas investigaciones y especulaciones. A pesar de las respuestas parciales que se han logrado, muchos de sus secretos permanecen sin resolver.

 

El profesor Mike Parker Pearson, especialista en prehistoria británica de la Universidad de Londres, ha propuesto una teoría sobre la construcción de Stonehenge. Según sus investigaciones, las piedras del monumento podrían haber sido originalmente extraídas en una región cercana en Gales. Posteriormente, habrían sido transportadas al lugar actual, situado en Wiltshire, alrededor del año 2900 a.C. Pearson sugiere que la transportación de las piedras pudo haberse realizado mediante métodos rudimentarios, utilizando la fuerza de personas o animales, hasta lograr la formación del monumento que conocemos hoy.

 

En cuanto a su propósito, investigaciones llevadas a cabo por el profesor Giulio Maglie de Milán y Juan Antonio Belmonte del Instituto de Astrofísica de Canarias sugieren que Stonehenge podría haber servido como un tipo de calendario astronómico. La alineación del monumento con el Sol durante el solsticio de verano indica que sus constructores tenían un profundo interés en el ciclo solar y en los fenómenos astronómicos.

 

Cada año, el solsticio de verano atrae a miles de visitantes a Stonehenge, quienes observan cómo el recorrido del sol coincide con la orientación de las piedras del monumento. Esta alineación astronómica refuerza la teoría de que Stonehenge fue diseñado con fines relacionados con la observación y la medición del tiempo.

 

Aunque aún quedan muchos aspectos del misterio de Stonehenge por descubrir, las investigaciones continúan desentrañando sus secretos. Desde las teorías sobre su construcción hasta su posible función como calendario astronómico, el monumento sigue siendo una fascinante pieza de la historia antigua que invita a la reflexión y al asombro.