Espectáculos
Irma Serrano toda una tigresa
Irma Serrano, una “Tigresa” difícil de domar.
Actriz, cantante y política exuberante, Irma Serrano se caracterizó por su indiferencia a la crítica, hablar sin tapujos y presumir a sus amores.
Irma Serrano festejó su cumpleaños, rodeada de amigos y en el teatro Fru Fru, fue a finales de 2019, tres meses antes de la pandemia por Covid-19.
Lucía exuberante, como siempre: enfundada en un traje dorado y un abrigo de piel, con el cabello negrísimo y la ceja delineada “con el cuidado de una artista”, diría la crónica de EL UNIVERSAL. “¿Que cuántos años tengo? No llevo la cuenta ni para mí misma”, contó
Nadie sabe con exactitud cuántos años vivió “La Tigresa“, falleció por problemas cardíacos. Su biografía ubica su llegada en Comitán, Chiapas, en 1933; su sobrino Luis Felipe dice que nació en 1935, aunque su currículo oficial, la que la identificó como senadora en los años 90, asegura que vino en 1945.
Su personalidad hizo de ella una efigie de misterio: codiciada por hombres en distintas épocas y edades, bailarina, actriz y cantante, licenciada en filosofía. Con habilidades en las artes que la colocaron, desde 1965, con su primer filme, El hijo de Gabino Barrera, como un referente del entretenimiento.
“Era muy auténtica, una persona que no tenía pelos en la lengua, como lo sabíamos, pero eso también lo transmitía en su forma de cantar y en sus letras, en su forma de actuar y en sus vivencias de a diario, era una mujer diferente, única y más en aquellos tiempos porque ahorita ya ha cambiado mucho toda la situación de que la mujer”, considera José Julián, intérprete regional que trabajó junto a Irma en distintos momentos.
En el tema amoroso, “La Tigresa”, en efecto, fue imposible de domar. Ostentó el nunca haberse casado, mas aún se dio el gusto de apostar a relaciones sin importar lo polémicas que esto provocara.
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