Cultura
México recupera monumental escultura Olmeca
En un emocionante giro en la lucha por la recuperación del patrimonio cultural de México, el país logró recuperar una monumental escultura olmeca que se robaron hace seis décadas y finalmente ya esta en manos mexicanas desde junio de este año gracias a un acuerdo con la justicia de Nueva York. La imponente escultura del dios jaguar Tepeyollotlicuhti, una pieza rara y que la buscaban las autoridades nacionales, será devolverá a su lugar de origen, en el pueblo de Chalcatzingo, en el estado de Morelos, donde se trabaja en la readecuación de un museo de sitio para su exhibición.
¿DESDE CUÁNDO ESTÁ EN MANOS DE MÉXICO?
La justicia de Nueva York informó que la pieza se incautó en mayo y, tras una exhaustiva investigación, se tomó la decisión de entregarla al Gobierno mexicano como parte de los esfuerzos en curso para recuperar el patrimonio cultural robado. La escultura, conocida como “La Máscara de la Cueva”, es una ventana al pasado de la sociedad olmeca y representa una criatura fantástica con fauces abiertas. Se esculpió entre los años 800 y 400 y se descubrió en el yacimiento arqueológico de Chalcatzingo.
El arqueólogo Mario Córdova Tello, del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), explicó que la escultura custodiaba la entrada a una cueva ceremonial y simboliza el acceso al inframundo y al espacio primigenio de la existencia humana. La pieza, que pesa alrededor de 1,000 kilos, se fragmentó en 15 pedazos para que se contrabanderá fuera de México y luego la vendieran en Estados Unidos en 1965. Durante medio siglo, estuvo envarios museos y recientemente la vendieorn a un coleccionista privado.
El Gobierno mexicano ha intensificado su lucha por recuperar su patrimonio cultural, logrando la recuperación de más de 11,000 piezas arqueológicas, históricas y etnográficas a través de la campaña “Mi Patrimonio no se vende”. Mariana Aymerich Ordoñez, directora general de Promoción y Festivales Culturales de la Secretaría de Cultura, resaltó la importancia de defender y amar el patrimonio cultural en lugar de venderlo.