Francisco Cervantes y el CCE. ¿Un liderazgo blando?

La actitud de Francisco Cervantes, desde su nombramiento en marzo de 2022 como presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), contrasta con la de algunos de sus
predecesores, quienes fueron más confrontativos ante políticas gubernamentales que consideraban perjudiciales para el sector privado, pues ha adoptado una postura de colaboración y diálogo con el gobierno federal. En particular, la respuesta de Cervantes a la reforma eléctrica y a las políticas fiscales del actual gobierno ha sido percibida por algunos sectores empresariales como menos combativa.

Reforma eléctrica: un enfoque “suave”

La reforma eléctrica propuesta por el gobierno busca fortalecer el papel de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el mercado energético, lo que ha generado preocupación entre inversionistas privados por posibles afectaciones a la competencia y a la inversión extranjera. A diferencia de líderes empresariales anteriores que adoptaron posturas más críticas, Cervantes ha enfatizado la importancia del diálogo. En declaraciones recogidas por La Política Online, afirmó que los empresarios aún tienen la oportunidad de negociar con el gobierno para suavizar la reforma, mostrando confianza en que se pueden alcanzar acuerdos beneficiosos para ambas partes.

Políticas fiscales: colaboración

En el ámbito fiscal, el gobierno ha aplicado medidas que buscan aumentar la recaudación y combatir la evasión. Mientras que en el pasado algunos líderes empresariales se opusieron
vehementemente a políticas fiscales que consideraban adversas para el sector privado, Cervantes ha optado por una estrategia de colaboración. Ha trabajado junto con las autoridades para desarrollar programas que integren a más mexicanos en el mercado laboral formal, como se evidencia en sus publicaciones en redes sociales.

Percepción en el sector empresarial

La postura menos confrontativa de Cervantes ha generado opiniones divididas dentro del sector empresarial. Algunos valoran su enfoque conciliador, argumentando que el diálogo es esencial para lograr avances y evitar conflictos innecesarios. Sin embargo, otros consideran que esta actitud puede ser interpretada como una falta de firmeza en la defensa de los intereses del sector privado, especialmente en temas tan sensibles como la reforma eléctrica y las políticas fiscales.

Comparación con sus predecesores

El CCE ha desempeñado un papel crucial en la representación de los intereses del sector privado en México. El liderazgo de Cervantes bien vale una comparación con el de Carlos Salazar Lomelín, presidente de 2019 a 2022. Mientras que Salazar Lomelín mantuvo una postura más crítica y, en ocasiones, confrontativa, Cervantes ha optado por una estrategia de colaboración y diálogo.

Carlos Salazar Lomelín: postura crítica y confrontativa

Durante su gestión (2019-2022), Salazar Lomelín mantuvo una relación tensa con el gobierno federal en varios momentos. Por ejemplo, expresó su rechazo a la reforma eléctrica propuesta en 2021, señalando que no era necesaria una reforma constitucional para aplicar la ley en el sector eléctrico y que quienes se habían apartado de la legalidad debían ser sancionados.

Además, en una entrevista en marzo de 2022, Salazar mencionó que hubo varios meses en los que no tuvo contacto con el presidente López Obrador, lo que refleja una comunicación
intermitente y una relación distante con el Ejecutivo.

Francisco Cervantes: estrategia de colaboración y diálogo

En contraste, Francisco Cervantes ha enfatizado la importancia de una relación constructiva con el gobierno. Ha manifestado su apoyo a la presidenta y ha afirmado que el CCE trabaja siempre de la mano del gobierno. Asimismo, ha expresado su compromiso de continuar trabajando de manera constructiva con todos los sectores y niveles de gobierno, promoviendo el respeto al Estado de Derecho y aprovechando las oportunidades de inversión y dinamismo económico en el país.

Conclusión

El liderazgo de Francisco Cervantes al frente del CCE se caracteriza por una estrategia de diálogo y colaboración con el gobierno federal. Si bien este enfoque ha permitido mantener canales de comunicación abiertos, también ha suscitado críticas por parte de quienes consideran que el organismo debería adoptar una postura más firme ante reformas y políticas que podrían afectar al sector privado. La efectividad de esta estrategia conciliadora aún está por verse, y el tiempo dirá si logra proteger y promover los intereses del empresariado mexicano en un entorno político y económico en constante cambio.