Continúan deficiencias en el servicio de la Línea A del Metro
Usuarios implementan estrategias para poder trasladarse por este medio, aunque les lleve más tiempo de traslado.
La calidad del servicio en la Línea A del Metro es deficiente. Según el Sistema de Transporte Colectivo (STC), solo dos de los siete trenes que necesitan mantenimiento mayor y tienen un alto kilometraje, están en funcionamiento, lo que resulta en una disponibilidad reducida en la Línea A.
Dentro del Programa de Mejoramiento del Metro se encuentra el proyecto Fimetro, el cual establece metas desde el aumento de la tarifa en 2013, pasando de tres a cinco pesos. Uno de los proyectos incluye la reintegración de siete trenes férreos a la línea.
Actualmente, la Línea A cuenta con un total de 33 trenes, distribuidos en tres modelos diferentes: 13 trenes del modelo FM86 (integrados por seis y nueve carros), 11 trenes del modelo FM95A (seis carros) y nueve trenes del modelo FE 07 (nueve carros).
Los trenes del modelo FM95A, reconocidos por los usuarios debido a su color azul, comenzaron a operar en 1998. De los 11 trenes, siete fueron retirados y utilizados como fuente de repuestos debido a la falta de recursos.
El documento señala que hasta el 31 de marzo de 2023, se había logrado un avance del 28.57% en recursos materiales y económicos previos a la Reincorporación y Mantenimiento en Operación de los siete trenes férreos. Sin embargo, los trenes mencionados superaban el millón de kilómetros recorridos, a pesar de que el fabricante recomienda una revisión general cada 750,000 kilómetros.
Para abordar las deficiencias en el servicio, el STC convirtió dos trenes de seis a nueve carros, justificando así el progreso del 28.57% en la reintegración de los trenes. No obstante, los pasajeros habituales de la Línea A no perciben mejoras significativas.
Daniel Galeana, un usuario frecuente de la Línea A, describe cómo debe esperar de tres a cinco trenes antes de poder abordar en la estación de Pantitlán. Muchos pasajeros se ven obligados a regresar a estaciones anteriores cuando no pueden ingresar a ningún vagón, a pesar de aumentar su tiempo de viaje.
“A pesar de que se ampliaron los trenes a nueve vagones en lugar de siete, siguen siendo insuficientes. El tiempo de espera puede ser de 10 a 15 minutos e incluso media hora. Por la noche, a pesar de dividir el acceso por género en Pantitlán, el caos es igual o peor. Además, la mala coordinación de los policías y vigilantes del Metro al dar indicaciones a veces confunde aún más”, comenta Daniel.
Daniel señala que los tiempos de espera empeoran por la noche, y después de las 22:00 horas, cada tren tarda entre 20 y 25 minutos en salir.
Yessica Santa María coincide con la opinión de Daniel y describe el servicio de la Línea A como “lo peor del mundo”. Sin embargo, no tiene otra opción que usarlo, ya que considera que las otras alternativas de transporte son inseguras.