CDMX
Conservan técnicas ancestrales en siembra de amaranto
Ha dado inicio la temporada de siembra de amaranto, alimento que es considerado Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México.
El amaranto juega un papel fundamental en la vida de los pequeños agricultores de la Zona Patrimonio de la Cuenca de México. Es un cultivo ancestral que posee un alto valor nutricional.
En el pueblo de Santiago Tulyehualco, en la Alcaldía Xochimilco, el amaranto tiene una presencia destacada en la elaboración del tradicional dulce conocido como “alegría”.
Cabe recordar que en septiembre de 2016, este exquisito manjar fue reconocido como Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México durante la clausura de la III Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México.
De igual manera, es destacable que actualmente el amaranto se sigue cultivando de manera tradicional en sistemas agrícolas prehispánicos como la milpa y las chinampas.
En colaboración con la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenader) y la Dirección de Desarrollo Económico y Rural de la Alcaldía Tláhuac, se han iniciado las actividades de siembra de amaranto en la zona chinampera del ejido de Santiago Tulyehualco.
Como parte de la preservación de las técnicas tradicionales prehispánicas, se llevó a cabo una demostración práctica del proceso de siembra del amaranto, que incluyó la extracción de lodo en canoa, su limpieza, sufragio y nivelación en la chinampa, así como la división y siembra de las semillas.
En el evento estuvieron presentes los ejidatarios de Tulyehualco y San Pedro Tláhuac, representantes de la Corenader y Antonio Rangel Lara, Director General de Desarrollo Económico y Rural de la Alcaldía Tláhuac.
Los pueblos originarios de la Cuenca de México consideraban al amaranto como sagrado, debido a su capacidad de resistir la sequía. Además de su valor nutricional, los guerreros lo consumían para aumentar su fuerza. También estaba asociado con el sol, debido a su color rojizo.
En la actualidad, se ha realizado un importante trabajo de preservación, recuperación y comercialización de este manjar. Gracias a su alto contenido proteico, las alegrías de amaranto se han convertido en un aliado en la lucha contra enfermedades cardiovasculares y la anemia. Contiene más proteínas que el maíz, el arroz y el trigo, sobresaliendo con un 80% más.