CDMX
Operativo en CDMX: más de 100 mil productos falsificados de origen chino confiscados por el gobierno federal
El gobierno federal llevó a cabo un exitoso operativo en el Centro Histórico de la Ciudad de México, logrando decomisar más de 100,000 artículos de origen chino relacionados con actividades ilícitas de piratería. La intervención, que tuvo lugar en Izazaga 89, responde a los compromisos adquiridos por México en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), específicamente en la lucha contra el contrabando y la protección de los derechos de propiedad intelectual.
El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), en colaboración con la Secretaría de Marina (Semar) y la policía capitalina, lideró el operativo, que culminó con la incautación de 19 toneladas de productos falsificados. Los artículos decomisados vulneraron los derechos de propiedad intelectual de marcas como Marvel, Sanrio (con su emblemático personaje Hello Kitty), Disney y Nintendo.
¿Cómo fue el operativo?
El despliegue de la acción incluyó a 260 efectivos de diversas dependencias, entre ellos 50 inspectores del IMPI, 42 miembros de la Semar, 100 policías de la CDMX y 60 agentes de la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial. Además, como parte del proceso legal, el inmueble en cuestión, que albergaba estos productos ilícitos, será sometido a un procedimiento de extinción de dominio.
Este operativo también se enmarca dentro de una estrategia internacional, pues Estados Unidos ha identificado tres mercados clave en México donde se llevan a cabo actividades de comercio de productos piratas. Los mercados de Cuchilla, en Puebla, conocido como el mayor centro de piratería en el sureste del país; el Mercado San Juan de Dios, en Guadalajara, un importante punto de venta de falsificaciones; y Tepito, en la Ciudad de México, tradicionalmente reconocido por su comercio informal y actividades ilegales.
El director del IMPI, Santiago Nieto, subrayó que durante el operativo en Izazaga 89 se descubrieron diversas prácticas ilícitas, entre ellas defraudación fiscal, evasión de impuestos, lavado de dinero y, por supuesto, piratería.
Con esta acción, las autoridades mexicanas ratifican su compromiso con la lucha contra la piratería y el contrabando, fortaleciendo las medidas para proteger tanto la economía nacional como los derechos de los creadores y empresas afectadas por el comercio de productos falsificados.