Un reciente estudio elaborado por la revista Advancing Earth and Space Sciences ha puesto de manifiesto un preocupante incremento en el ritmo de hundimiento de la Ciudad de México. Según la investigación, este fenómeno ha empeorado significativamente en los últimos años, planteando serios riesgos para la infraestructura y la crisis de agua en la región.

 

El estudio, detallado por *Gaceta UNAM*, se basa en siglos de datos sobre el drenaje de acuíferos subterráneos en la Ciudad de México. Los investigadores descubrieron que el lecho del antiguo lago en el que se encuentra el Valle de México se ha vuelto progresivamente más seco. Este cambio ha provocado una rápida compresión y agrietamiento de las capas de arcilla, exacerbando el hundimiento del suelo.

 

El análisis, que combina 115 años de mediciones terrestres con 24 años de datos espaciales, revela que el suelo de la Ciudad de México se hunde a un ritmo alarmante de casi 50 centímetros por año. Este patrón no muestra signos de cambio a corto plazo, y se estima que la compactación del suelo continuará durante unos 150 años más, con una posible subsistencia de hasta el 30% del terreno.

 

El artículo señala que el hundimiento no ha sido uniforme en toda la ciudad. En algunas áreas, el terreno ya se encuentra por debajo del lecho original del Lago de Texcoco, mientras que otras regiones aún están por encima de esta marca. Esta variabilidad aumenta el riesgo de “fracturación intensa de la superficie”, lo que podría dañar la infraestructura y contaminar los suministros de agua.

 

El estudio destaca que la severa compactación del suelo es irreversible, y advierte que la situación seguirá afectando negativamente la infraestructura colosal de la capital mexicana. Este fenómeno no solo amenaza con empeorar la crisis de agua en la región, sino que también pone en peligro la estabilidad de numerosos edificios y estructuras en la Ciudad de México.

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